Zapatos sucios, luces que se van prendiendo poco a poco, mientras el viento se pone más frió... Una llamada aquí, otra por allá, un cafecito bien cargado, un chau me llamas, lo que se queda de una conversación que no acabo y lo que sobra para luego hablar de lo mucho que ha pasado...
Caminar, mientras el celaje se baja y revisas el teléfono cada segundo, como por la cosecha de un tic desarrollado, una mirada sin dirigir, un suspiro y un recuerdito de ella. El día se va acabando como por arte de magia y te preguntas que pasará mañana.
Revisas los bolsillos, las moneditas, el poema y dibujo que hicistes en la monotonía de una clase aburrida y el email guardado que te dieron en la mañana..
Pequeños hechos obviados hasta que te sentás en un día pensativo, que junto a la tarde recordás como mezclas monótonas y emocionantes de vivir.....
Respiras profundo y descubrís el olor de ella en el recuerdo y entonces sonríes como si vivieras en un paraíso de esperanza.
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