domingo, 22 de marzo de 2009

Día 13

Basta con levantarse un día frío, en la soledad de la habitación o de la casa, para empezar una reflexión existencialista de ardua labor. Preguntarse como puedes levantarte un martes y repetir lo mismo del martes pasado o del antepasado o del miércoles o del viernes. Mirarse en el espejo y desarrollar un monologo sobre el como te ha dejado el amor, el porque de que la belleza de que te acariciaran o te amaran te dejo y del donde estará?... Buscar el teléfono para llamar con urgencia al amigo que te diga que no pasa nada, que hay que seguir y que sos super especial, aunque cuando cuelgues todo siga igual... o tal vez el pretexto del mensaje, luego el juramento indeleble y la respuesta que termina con la llama en tus ojos, apagando lo que te quedaba.... Bueno... directito y sin tapujos.
Entonces te das cuenta que el día se te fue; que entre dormir, monólogos, algunas lágrimas (censuradas pero ávidas y escondidas) no existe nada mas que la oportunidad de que algo cambie. Aunque con certeza sabes que lo hecho, hechos esta, que te equivocastes miles de veces y que solo podes vivir días como estos hasta que el viento vuelva entrar por la ventan con algo nuevo.

Entonces el ejercicio, cerrar los ojos, lagrimear un poco y tratar de dormir, para olvidar.

1 comentario:

Amanda dijo...

Me desgarra la idea de saber que fui como pósima maldita para tu alma y que 2 meses de alegría se pueden traducir en miles de lágrimas de sufrimiento.

Yo no se ya que esperar de la vida, del amor (¿existe?), de las cosas que suceden con los hechos. Yo solo desearía con real franqueza no haberte causado dolor alguno, ni el más mínimo, ni ese necesario para dar sabor agridulce a la vida y que no empache.

Yo simplemente quisiera desaparecer de tu mapa, y si, ahora entiendo el porque de "la operación para olvidar", solo hasta ahora.