Bastan las palabras confortantes para destrozar el delirio y las tristezas, basta encontrar esa gente que te salva de la nada para saber que dentro de todo, la briza de viento fresco siempre entrará en tu ventana, basta una palabra para guardar cualquier melancolía o problema bien lejos. Es un principio natural creer en esto y saber que así no importa lo que se venga, porque existe esa indeleble fuerza que te rescatara.
Y es entonces donde con su vos te lleva a un día sol, donde te levantas, vuelves a mirarte al espejo y sabes que un tal amor nunca te abandono, simplemente creció y cambio un poco de forma, pero que su esencia sigue muy en pie. O sentir que el frió de ayer se convirtió en lago más confortante y que las lagrimas se guardaron para alguna felicidad que vendrá. Así es donde sabes que el levantarse cada martes, cada miércoles o cada viernes más que una exhaustiva repetición es una aventura llena de miles de regalos y esperanzas.
Y es entonces donde con su vos te lleva a un día sol, donde te levantas, vuelves a mirarte al espejo y sabes que un tal amor nunca te abandono, simplemente creció y cambio un poco de forma, pero que su esencia sigue muy en pie. O sentir que el frió de ayer se convirtió en lago más confortante y que las lagrimas se guardaron para alguna felicidad que vendrá. Así es donde sabes que el levantarse cada martes, cada miércoles o cada viernes más que una exhaustiva repetición es una aventura llena de miles de regalos y esperanzas.
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